Oscuridad Cegadora

diumenge, 7 de febrer del 2010

Aceptando

Tengo que aceptar que tendré entradas mediocres, no es que me guste la idea, pero al menos así las que estén bien parecerán mejores (Vaya consuelo...). Hace días que no escribo, podría hablar de muchas tonterías, pero, qué importa. En el fotolog hice cosas geniales y a veces me atrevía a escribir una sola línea –currada, aunque lacónica-, aquí es tan distinto…

Siento como si lo que escribo tuviera que ser juzgado, evaluado y no me gusta esa sensación. Es como más de adulto, y sinceramente ahora no tengo nada qué decir, o al menos nada que contar, que sea de relevancia, porque por decir, podría airear todos los trapos sucios de mi familia. ¡Oh sí! seguramente sería el blog más famoso de la tierra, pero no quiero el estrellato, y mucho menos a ese precio.

Así que me he dicho que, ya que me quedé sin días para acabar unos relatos en el fotolog, pues los escribiré y subiré (aunque ya no sea lo mismo). Además, además aquí sí puedo poner estos videos que tanta risa me dan, y cualquier que se encuentre con este oasis en medio de la nada, pueda reír –y llorar- conmigo un rato.

Hasta luego (:


dimarts, 2 de febrer del 2010



1:44-2:09 (L)

Sigo sin poder ponerle nombre al post anterior, lo peor es que creo que tampoco podré ponérselo a este. ¿Qué me pasa? ¿Ya no se definir? La verdad es que no sé si acercarme o alejarme, aunque como me lee sólo una persona, qué importa. ¿Eres tú Estre?

A diferencia del fotolog he acompañado todas las entradas con una foto hecha por mí, y eso quieras que no te marca un poco, le da un aire personal, distintivo, no sé, hace que lo sientas más tuyo, en definitiva: mola. Lo que pasa es que si se me va la cabecita –loquita- un día de estos pues seguramente el sensor de mi cámara no pueda captar una nave espacial, por decir algo. (Uhhh, ¿habré adelantado acontecimientos?)

Tampoco espero actualizar a diario –ya no digo publicar, que queda demasiado pro- porque seguramente habrá muchos días en los que no tenga nada qué decir, y doy fe que es mejor callar a decir alguna estupidez. Eso no quita que la mayoría de las cosas que digo sean estúpidas, pero al menos no lo pienso (Estoy sembrao)...

Y digo yo, ¿no sería mejor contarte todo esto por el Messenger, me ahorraba unos minutos editando en HTML… Y tú, Ivonne, cuando ya conectes más a menudo y eso, llámame, escribe por aquí, hablemos como sea, que supongo que ya estaré preparado para decirte algo decente.




Ayer salí a hacer fotos porque había nevado, era el único día que vería las calles de mi ciudad cubiertas por una fina capa de nieve, aunque seguían siendo blancas. Después de mucho andar –porque quise ir a una parte donde no tocara el sol para que estuviera lo mejor posible- me encontré con un muñeco de nieve agonizante. Era muy pobre, sólo tenía nariz y boca -de zanahoria y de naranja respectivamente-, le pregunté si podía ayudarle y me pidió que le pusiera de nuevo sus ojos – que eran unas mandarinas-, cuando pudo ver el estado en que se encontraba se puso a chillar. Se estaba derritiendo, el pobrecito. Le dije si quería que lo llevara a mi casa, que lo pondría en el congelador con la posición super frost , pero se negó, me dijo que no quería enfriamiento asistido. Me dio pena, le arranqué un brazo, le eché refresco por encima y me hice un helado de cola.

WTF >_<

dilluns, 1 de febrer del 2010





En el fotolog siempre empezaba con excelencia los primeros de mes, ahora todo ya forma parte del pasado. He estado pensando que hace semanas que no escribo ningún relato sobre amor, el poeta se fue de vacaciones, y al instante me di cuenta de que siempre estaría conmigo. Porque no existe un solo tipo de amor.

Volver a tomar mis votos sería como chutarme de nuevo, no negaré que no haya tenido la tentación de escribir a la vieja usanza, con el mismo formato de diálogo entre dos personajes de distinto sexo con visibles lazos de afecto. No serviría de mucho cambiarles el nombre, porque yo seguiría sabiendo quiénes son. Sin embargo, cuando digo que no lo echo de menos, es verdad. Puedo vivir sin ello, puedo vivir sin reinventar la historia. La tentación seguirá ahí, hasta que un día desaparezca –casi- por completo.

Me importa demasiado el qué pensará la gente. Me importa demasiado lo que piensen de mí, y créanme, es algo que odio, por consiguiente me odio a mi mismo. Porque por mucho que predique hacer las cosas con pasión, sigo sin dar ese empujón. Espero que el que está detrás de mí lo haga, pero, al volverme no hay nadie, nun-ca hay na-die. ¿Cómo pretendo hacer algo en esta vida, entonces? Puede que reduciendo la ambición para compensar mi exigencia. Impidiéndome a mí mismo rozar la perfección, negándome la oportunidad de alcanzarla. ¿Por qué querría hacerlo? ¿Por qué querría conseguir algo que no existe? Ustedes me ven como un fracasado, mientras yo quiero verme como un visionario pragmático, que aprovecha sus recursos en metas alcanzables.

Pero sí, por qué no, yo también puedo lincharme, a insultos y a palos. Cómo pretendo ser un buen fotógrafo si no me atrevo a sacar la cámara en la calle, cómo pretendí ser un buen escritor si intentaba justificar a mis personajes, cómo pretendí ser buen amante si, si no…

Soy alguien que siempre deja las cosas a medias, y por mucho que quiera cambiarlo creo que siempre será así. Curioso, ¿verdad? Dicen que todo lo que empieza acaba, y cuántos desearían tener mi poder. El de impedir que esa relación fantástica un día llegase a su fin, con todo lo que conlleva (que ya no te la chupen de buena mañana.) ¿Ven? Ahora quizás ya no me importa que piensen que soy un desalmado, total, es lo que les estoy mostrando. Total, sólo es lo que ven. Me han hecho mucho daño, he tenido que callarme muchas veces para que no me hicieran más. Han presupuesto cosas que no era y me han atacado con injurias y falacias, que aún siendo mentira, me dolían –demasiado-. Es por eso que, por mucho que diga, sólo me preocupará la gente que intente conocerme. Si quieren pensar que soy un ser despreciable, háganlo, no seré yo quien pierda algo de no serlo.



La tomé casi a escondidas, como si hiciera algo malo. No puede pasar a su lado, ¿saben? Porque, queda feo que lo diga, pero me dio pena. Ya no por el señor que está arrodillado, si no por la gente que pasa impasible a su lado. Lo he visto alguna vez (salgo poco de mi apartamento) Se pasa horas y horas en esa posición dañándose las articulaciones y exponiéndose a coger una pulmonía. ¿Todo por 5 euros? Luego hay personas que dan dinero a causas tan nobles como el señor que predica su vagancia y pide que le den dinero. LAMENTABLE ¿Cómo hemos podido llegar a esto? Mis ojos se humedecen de lo que creo que es la condensación del agua… ¿Por qué miento? Estoy llorando. No tengo ni oficio ni beneficio, no destaco en nada de lo que haga, no me gustan algunas parte de mí pero, lo peor es que mis mayores virtudes no son valoradas.

Si trabajara podría darle un euro – que seguramente mis abuelos ya le han dejado-, si trabajara podría ayudar a muchas personas de muchas formas distintas. Pero me falta ese empujón, y es que aunque me ponga triste al ver estampas como esa, no son suficientes para cambiarme. Porque nada ni nada me llena, nada me haría salir de esa burbuja, o como quieran llamarlo. A veces pienso que yo no respiro su aire, a veces pienso que no soy de este mundo.

Aparentemente es una entrada sin sentido, y puede que para muchos lo sea, yo pienso que cada párrafo tiene su trocito de verdad, aunque uniéndolos de forma lógica no tenga eso, sentido. Me acabo de dar cuenta de que tendría que haber sacado la fotografía con un plano más abierto que contrastara con la gente que pasaba riéndose a su lado, con trajes y zapatos caros. ¿Debería… haberles partido la cara?

No puedo terminar sin decir unas palabras, la verdad es que no sé muy bien cuales. En la primera entrada ya comenté mis carencias, aunque todo es muy sujetivo. No sé qué estarás haciendo Ivonne, pero me gustaría haberte sido y poder serte de más ayuda. No hay palabra ni gesto que pudiera mitigar tu dolor, así que sólo puedo ofrecerte mi apoyo, incondicional y atemporal, cualquier cosa que dijera de más sería superflua: La vida sigue para ti.


diumenge, 31 de gener del 2010

Soledad





La noche pasada me fui a dormir porque quería que formara parte de un sueño, pero al despertar, al despertar ya no pude fingirlo más. Todo era silencio, no hubo sonido animal, ni ruido mecánico. Mi respiración acelerada contrastaba con tanta tranquilidad, eso me ponía más nervioso.

Seguramente alguna vez en la vida habrán tenido la sensación de estar solos a pesar de estar rodeados de decenas, centenas o incluso miles de personas. Porque no compartirían unas ideas, porque no encontraría afinidad con ellas, o simplemente porque le incomodaría estar ahí, contra voluntad. Pues bien, imagínense lo que sería sentir la soledad en un mundo en el que no habita otro ser vivo que uno mismo.

Sí, pensarán que estoy loco. ¿Pero es que acaso nunca han pensado que el mundo se divide en dos colores: blanco y negro? ¿Día y noche, amor y odio, alegría y tristeza, riqueza y pobreza, luz y oscuridad? Si solapas esos colores tienes un mundo gris, un mundo mediocre, el mundo que la mayoría conoce, y del que todos quieren escapar, pero no se puede. No se puede huir. La tradición nos ha enseñado que la luz da vida, y la oscuridad la quita. Que el blanco puro es bueno, y el negro absoluto es malo. Todo esto es mentira, sólo existe una verdad: Nacemos, vivimos y morimos, solos. A lo largo de nuestras vacías vidas llegamos a pensar que estamos acompañados, pero es mentira. Sólo es una ilusión, pero a pesar de ello nos hace sentir bien. Los humanos somos una contradicción: Animales sociales, a la vez que individuales, incentivadores del egoísmo primigenio.

Y no, no puedo, ni tampoco quiero maquillar el sentimiento de tristeza. Ser un Rey desterrado de vocablos afligidos no me da derecho a engañarlos. Porque, porque a pesar de contarles la verdad, de ser totalmente sincero con ustedes, al invitarles a mi hogar –la casa llamada melancolía- me tacharían de mentiroso, me humillarían pensando que ustedes no son como yo –si no mejores-, ni como les he mostrado. Sí, estoy solo. Siento que la gente ha desaparecido mientras dormía y me han dejado aquí, que alguien se ha olvidado de mí. Siento que cuánto más pienso en la soledad más ansío encontrar otra sombra, y luego me doy cuenta de que nunca la encontraré en un mundo nublado…

Porque mi mundo es gris, hace años que no sale el sol. Desde ese día que muy enfadado deseé que todo la gente desapareciera. Era joven, no sabía lo que decía –o quizás sí- y ahora aún sigo pensando que la próxima vez que despierte escucharé ese ruido que escuchaba cada mañana. ¿Saben? Eso me hizo madurar, tener tiempo para conocerme, y darme cuenta de la verdad de algunos refranes, como el de vigilar con lo que se desea porque se puede hacer realidad. ¿Saben lo peor? Que por mucho que desee que todo vuelva a ser como antes ya no queda nadie que me pueda escuchar.

Bienvenido a la Soledad

dissabte, 30 de gener del 2010

Decepción





Ayer la volví a ver, y esta vez me permitió penetrarla con mis dedos. Resultaba que no era que fuera esquiva, si no que era yo el torpe que no sabía cómo acceder a ella. La estuve tocando un buen rato, y creo que me enamoré pero, no todo podía ser perfecto. Por unos momentos, durante unos minutos antes había soñado, había sentido que volvía a tener ilusión, quizás, y sólo quizás, me había enamorado por última vez. Y esa sin razón, esas expectativas astronómicas hicieron el resto: decepción.

Apunté demasiado arriba, y es que ya lo saben, soy un soñador. El problema es que soñé despierto que nos íbamos, de viaje, y que prescindiendo del color veíamos el mundo en blanco y negro, con tonos grises y mirada añeja. Como antaño, como tantos han visto, donde tantas fantasías han vivido y tanta magia ha despertado.

El problema fue que no funcionaba, después de tantos años aparcada (26 para ser exactos) estaba atascada – concretamente el obturador-, que básicamente es el corazón de la cámara. Debo decir que no me extraña, tantos años sin amor harían mella en cualquier persona, ¿por qué no también en un objeto? La cogí con mucho cariño y disparé varias veces, pero seguía sin funcionar. Fue una pena, mi alegría se disipó, pero, sonreí, porque quería hacerlo. Porque seguía habiendo esperanza, así que decidí llevarla ante unos ojos más experimentados y unas manos más curtidas.

El señor de la tienda fotográfica tradicional corroboró lo que me temía, -obturador obstruido- y muy gentilmente me facilitó la dirección de una tienda de reparaciones. Debo decir que por el trato que recibí al salir de la tienda pensé ‘Este señor ya ha ganado un cliente’. Sin demora me dirigí a esa dirección de un pueblo colindante donde la mezcla étnica es más que aparente, se palpa en el ambiente que parece otro país apenas escasos cuatrocientos metros de mi casa.

La llevaba en mi mano, protegida por esa funda tan bonita de cuero de color marrón. La gente bajaba la vista y se la miraba, pienso yo que esperarían ver un iphone. Pero no, era algo mucho más antiguo, una joya que no pertenecía a mi generación. Al llegar al lugar, no sin antes perderme repetidas veces por esas calles en las que apenas había señales de indicación, tuve otra decepción, su horario de atención al cliente era de 10 a 1 de la mañana, y eran las siete de la tarde. Volví resiguiendo mis pasos, esperando a que volviera a salir el sol. Me acosté antes de que terminara la hora de José Mota, capítulo que estuvo bastante divertido, pero no podía más, tenía mucho, mucho sueño.

Hoy me he levantado a las siete, el primer día –después de muchos- que he dormido ocho horas del tirón, he esperado hasta las 9 y media para ir otra vez a esa dirección, estaba muy impaciente para meterle un carrete b/n y empezar a disparar, y por ser tan puntual, de nuevo, decepción. He estado esperando en una calle estrecha e intransitada casi media hora a que abrieran, tenía pipi cosa que ha hecho más difícil la demora. Finalmente cuando ya me iba tuve un presentimiento, un pálpito, sabía que pronto abrirían y antes de cruzar la esquina me volví y vi como subía la persiana de metal. La chica que atendía se había retrasado más de media hora, pero no importaba, finalmente podía acudir en busca de ayuda, la necesitaba.

Le expuse el problema, y se me quedó mirando con cara extraña. Era una chica de mi edad, morena, pelo a media melena, que aparentemente no sabía nada de cámaras, lo que me echó un poco hacia atrás, pero, ya que estaba allí la dejé para que la inspeccionaran. Me ha tomado los datos y no sin tener mis reservas me he ido de allí – 20 euros para revisar algo que ya sé que no funciona y también el por qué me parece abusivo, pero qué se le va a hacer-. Ahora, sólo queda esperar.

Esta fotografía la he sacado momentos antes de llevármela al servicio de reparación. Es muy bonita, ¿verdad? Sé que no era el modelo más completo, pues no tiene exposímetro de selenio pero, no voy a quejarme ahora. Es mía – o espero que lo sea-, y espero inmortalizar muchos momentos con ella. Tiene un no sé qué, tiene sus años, es más mayor que yo, así que voy a tratarla con mucho respeto – aunque sin llegar al usted-.

divendres, 29 de gener del 2010

Apathy





Hace días que no le daba al botón derecho, crear, nuevo documento de Word. Lo que durante temporadas se había convertido en una rutina, un oficio, una pasión, ahora no lo echaba de menos. En verdad, ¿quién echa de menos trabajar? Si aunque adores tu trabajo por omisión se convierte en una obligación, y creo que eso no nos gusta. Digo creo porque, no hay verdades absolutas. Habrá quien disfrute, habrá quien goce como un loco levantándose a las siete para repetir mecánicamente lo mismo cada día, y digo también, habrá que ser idiota para autogestionarse de esa forma. (Ya van dos veces que el cigarro se ha escapado del cenicero directo a mis pantalones, el cual ha dejado un rastro de ceniza considerable, manchando todo el camino hacia estos, aunque lo positivo es que no me he quemado, ¿habrá una tercera?)

El tema de hoy es la apatía, y siento no ser más cultivado y llenar este texto de palabras rimbombantes y florituras literarias, a decir verdad soy un mediocre –como vosotros-, pero yo me salvo, porque tengo un botón de genialidad en la entrepierna. Un don divino que escasea, y no me seáis malpensados, por favor, hablaba de mi vejiga. Es tan grande, la tengo tan enorme que puedo pasarme horas follando sin tener que ir a mear (¡es la hostia!)

Cuando saturamos una fotografía se pierde la realidad, y a veces cambiar el cristal con que miramos las cosas no es nada productivo, porque hay quien busca la verdad del mundo, -básicamente los idealistas-, es gente patética que lucha por algo que no existe. A día de hoy, la saturación es una constante empírica, actualmente hay demasiado de todo, y los estúpidos indecisos –en los que me incluyo- tienen muchos problemas para enfocar bien - incluso con un objetivo de 24 puntos.

Desde que nacemos llenamos nuestro hipocampo y amígdala –donde albergamos una base de datos en una zona profunda del cerebro- con miles de imágenes y recuerdos. Me asquea mucho que haya tanta diversidad, porque como dice el refrán: ‘quien mucho abarca, poco aprieta’, y es verdad. Envidio a los ignorantes, a los paletos de pueblo que sólo ven una tía a la semana, y que pueden enamorarse en una milésima de segundo de otra paleta, con un bigote más espeso que el suyo y unas axilas que poco tienen que celar a las de un simio. Envidio sentir la novedad, esa sensación que te despierta y te hace sentir especial, en una nube – no importa de qué color, aunque normalmente son azules-. Envidio tantas cosas que no las podría listar, porque en mi mediocridad va incluída la mala estructuración que hago de TODO lo que escribo.

Estoy saturado de letras, de pensamientos, de canciones. De series, de películas malas –de cojones-, de pedantería gratuíta. Estoy saturado de tetas, de coños y de culos peludos (usen la chuchilla, hoygan). Estoy, yo qué sé como estoy. ¿Dónde ha quedado la ilusión de bajar el nuevo episodio de X serie? ¿Dónde está la emoción de esperar una semana para tocar por encima del sujetador? ¿Dónde queda…? Nos están saturando, tanto, para que no podamos pensar ni valorar lo que tenemos –y hemos tenido-, para que busquemos más y compremos –más caro, que no siempre mejor-. Estoy saturado, ¿Estoy enfermo? No encuentro ningún panfleto de saturados anónimos. ¿Alguien está saturado? ¿Debo ser más explícito? ¿Inocencia? ¿Es una palabra o un sentimiento? ¿Cuánto vale? ¿No hay stock? (Mierda, sólo quedan de segunda mano.)

Apatía, que en catalán podría deconstruirse como: ‘Venga, tía’. ¿Venga de qué? ‘¿Vamos a la cama?’ “-Sí, pero ponte goma.” “-Buffff, ¿Y cuál me pongo? Normal, pequeña (ni de coña me entraría), extra grande, con retardante, con estrías, de sabores, de colores, abre fácil, lubricado –por si no se moja-, iluminado –por si eres cegato-, con rotura –para darle más emoción. Bueno, ya se me han quitado las ganas, mejor follamos otro día.”

Devolvedme la magia, hijos de puta. Devolvedme lo que me pertenece, desenchufad a todos los que están conectados y dejarles vivir, respirar, sentir, sufrir. No mola, no mola, no mola nada. ¿Por qué nadie anda a mi lado? ¿Por qué vais corriendo a todas partes? Pisáis, empujáis, hacéis daño, no miráis atrás, no sabéis ni quiénes sois, os teméis, y corréis más rápido, dejad de escapar porque, aunque pongáis la curva de color a la derecha, habrá quien corrija automáticamente el balance, y luego, luego estaréis perdidos, porque el cielo será azul, y veréis pasar la gente a la velocidad de la luz, y sentiréis que no podéis correr, porque estaréis muy tristes, pero miraréis ese cielo; azul, y algo renacerá dentro de vosotros, y haréis algo mágico, sonreír.

Seguidors